El tema del dinero puede provocar acaloradas discusiones con la pareja, algunas de las cuales incluso llegan a terminar con la relación.
Me encontre con este artículo el cual me parecé interesante compartir, está dirigido a aquellas personas interesadas en saber más acerca de las razones por las que es tan difícil discutir los asuntos del dinero dentro de la pareja y la forma en que pueden superar este problema.
El dinero es un tema cargado de emociones. En teoría, se trata sólo de un medio para obtener los bienes y servicios que hacen posible la vida cotidiana, pero en la práctica es también un vehículo para el intercambio de emociones y significados, tanto hacia nosotras mismas como hacia quienes nos rodean.
Según la psicóloga norteamericana Olivia Mellan, sostiene que para la mayoría de la gente el dinero no es solamente dinero, sino algo que se asocia con temas como el amor, el poder, la felicidad, la seguridad, el control, la dependencia o la independencia, la libertad y muchas cosas más. Se trata de un tema súper cargado de referentes, por lo que quitarle todo ese peso puede hacernos llegar muy lejos en la psicología humana, aunque este ejercicio es necesario para vivir una relación racional y equilibrada con el dinero.
“Normalmente cuando el botón del dinero se presiona, salen a la luz asuntos importantes que habían sido desatendidos durante mucho tiempo”, por lo que decidirse a abordar el tema del dinero es la forma perfecta de tomar conciencia y crecer.
Para esta psicóloga resulta claro que cuando dos individuos forman una relación, el dinero comienza también a formar parte de ella. Lo sorprendente es que en esta época tan liberal las parejas discutan muchas cosas antes del matrimonio, pero no siempre hablen de lo que piensan acerca del dinero ya que sigue siendo un tema tabú en muchas relaciones. Con frecuencia, el silencio es un escudo, que cada quien siente respecto a la forma en que maneja sus finanzas.
Olivia Mellan como especialista en la solución de problemas financieros y observa que: “las parejas normalmente se polarizan respecto del dinero. Tienden a asumir estilos o personalidades defensivas que son directamente opuestos a los del otro. Llamemosle la Ley Mellan: si los opuestos no se atraen directamente, entonces eventualmente podrán crearse el uno al otro”.
Según la psicóloga, las personas ahorradoras tienden a casarse con las derrochadoras, ya que en la actual sociedad de consumo solemos pensar que sólo somos buenos ciudadanos en la medida en que salimos y gastamos. Debido a la alienación espiritual y la ruptura de los lazos comunitarios, mucha gente siente un vacío interior que tratan de llenar con cosas. Por todo esto, si no estamos derrochando el dinero, entonces nos estamos preocupando por cómo obtenerlo o por ahorrarlo y este ambiente se vuelve propicio para la unión de los contrarios respecto al dinero.
Por si fuera poco, crecemos en familias donde las pláticas acerca del dinero giran en torno a su ausencia o su abundancia. Generalmente no examinamos los mensajes sociales que nos presentan una serie de gratificaciones por gastar nuestro dinero y mucha gente alcanza la adultez sin un sentido realista de sus finanzas familiares.
Aprendemos los significados del dinero en la infancia, con nuestras familias de origen. Cuando los padres se preocupaban mucho por el dinero, sus hijos pueden volverse derrochadores para olvidar la época en que tenían que dar cuenta de cada centavo que gastaban. Y al contrario: los hijos de padres derrochadores pueden querer enmendar esa historia refugiándose en el ahorro.
Las parejas que se polarizan se involucran en una danza equilibrada de opuestos. Alguien debe poner los límites. Cuando se trata de estilos defensivos, siempre hay alguien que se aferra a su papel, mientras que el otro se retracta y comienza a jugar el papel de perseguidor.
Lo que hace a cada tipo de personalidad, es el funcionamiento de ciertos sistemas de creencia internos que bien podrían denominarse “mitos sobre el dinero”. Estos mitos son todos aquellos mensajes, promesas y recuerdos adquiridos en la familia de origen.
Creo que cuando las parejas entienden esto, pueden comenzar a hacer acuerdos para transformar su relación y terminar sus discusiones acerca del dinero.
No existe una sola forma de resolver este tema. Se puede unir parte de los ingresos y mantener otra parte separada o incluso que alguno de los dos junte todos sus ingresos mientras el otro mantiene algo aparte. “Las soluciones no deben ser simétricas para funcionar bien”, afirma Mellan. Para funcionar, las soluciones tienen que atender a las necesidades íntimas de ambos, y en el fondo, la verdadera dificultad estriba en poder decirle al otro cuáles son nuestros verdaderos deseos y necesidades.
...Y tú como manejas el tema del dinero con tu pareja?